EXCURSIÓN POR EL MAESTRAZGO

En el curso que terminamos, entre todos hemos puesto especial atención en cuidar los bienes de todos, como son las aulas, las mesas, las paredes, así como en aprovechar bien los recursos naturales, reduciendo el consumo (energía, papel, etc.) y favoreciendo su uso racional y el reciclaje de los residuos. Se ha notado mucho la implicación de los alumnos en todo ello. Lo vemos los profesores pero, sobre todo, el personal de limpieza que es quien habitualmente lo sufre.

Una de las iniciativas puestas en práctica para conseguir esta implicación ha sido poner en marcha un concurso entre todas las aulas de E.S.O. consistente en realizar evaluaciones periódicas e imprevistas por una comisión de profesores que hemos supervisado las aulas durante algunos recreos. Bueno, esto no es algo nuevo, pues ya se puso en práctica hace dos años y también con muy buenos resultados.

Para incentivar la participación prometimos un premio para los equipos más implicados y que consistía en una excursión a un espacio natural de la provincia de Teruel a realizar a final de curso. El pasado 20 de junio llegó ese día.

Los alumnos de los grupos 3º ESO A, 3º PMAR y 3ª B, en este orden, fueron los ganadores.

Tras pasar por los valles del Jiloca, Pancrudo, Martín, Cabra, Escuriza y Guadalopillo y otros tantos puertos de montaña (¡qué extensa es la provincia de Teruel!) llegamos a Molinos. Nos sorprendió el barranco de San Nicolás en el medio del pueblo.
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Dimos una vuelta mientras almorzábamos y después nos encaminamos con el autobús a la Cueva de Las Graderas, también conocida como Grutas de Cristal.

A todos nos sorprendió. Entre unas montañas calizas y bañadas de luz, tan solo pobladas de sabinas, enebro y romero, entramos en un mundo subterráneo. Sensación de frescor y de humedad. Es una cueva muy grande. Nosotros solo visitamos dos salas situadas a distinta altura. De los techos colgaban estalactitas, algunas finísimas y larguísimas. Nos contaron que la formación de cada centímetro necesitaba cien años de goteo. Desde el suelo se levantaban las estalagmitas. Algunas se unía con las anteriores formando columnas. De algunos techos colgaban coladas, como cortinas. De algunas paredes surgían cascadas. El guía nos insistió en las estalagtitas excéntricas, aquellas que crecen en direcciones no verticales.

Foto tomada de la web http://valderrobres-candida.com/grutas-del-cristal-molinos/

Y también nos habló de los organismos que habitan en la cueva. Nos llamaron la atención las manchas verdes de las paredes, resultado del crecimiento de algas microscópicas que aprovechan la luz de los focos. Y nos imaginamos a las tres especies de murciélagos que allí también viven, además de invertebrados diminutos con adaptaciones a la vida subterránea. El audio que emitieron y los juegos de luz nos ayudaron a comprender mejor el valor natural de la Cueva de Las Graderas.

Una vez en el pueblo visitamos un centro de interpretación de este Monumento Natural. Allí proyectaron un audiovisual en el que se entrevistaba a los espeleólogos descubridores y se comentaba el impacto que supuso en el pueblo.

Después nos fuimos a conocer el Centro de Desarrollo del Maestrazgo de Teruel.

Allí, dos técnicos nos explicaron su trabajo. La dificultad de promover las iniciativas económicas sostenibles en esta comarca, los problemas de comunicación y la grave despoblación. Nos animaron a ser “embajadores” de las bellezas de estas montañas para animar a otras personas a conocerlas y disfrutarlas.

Subimos a un cerro donde había una ermita y una torre con un campanario.

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Desde allí se tenía una preciosa vista de los dos barrancos que bordean el pueblo de Molinos, los cultivos de almendro y de olivera y los agrestes montes que los rodean.

Desde allí nos acercamos a la plaza Mayor. Vimos la impresionante iglesia de estilo gótico levantino con sus dos pórticos, el ayuntamiento, los soportales y otras casas solariegas. No es raro que esté declarado Conjunto Histórico. Algunos ya habían aprovechado la plaza para jugar un partido de fútbol.

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Por último, fuimos a visitar el Museo de Arte con la obra de Eleuterio Blasco, escultor de vanguardia de la primera mitad del siglo XX que triunfó en París y que tiene obra en importantes museos de Europa y Norteamérica.

En esta sala de exposiciones pudimos ver la mandíbula del Hombre de Molinos que fue encontrada en la cueva de Las Graderas y nos asomamos a un mirador desde el que se veían los tejados de las casas y los montes del entorno.

De allí nos fuimos a Castellote viendo por el camino el precioso pueblo de Seno y la ermita del Llovedor. Tiempo libre para comer. Calor, mucho calor. Descansamos un poco pero volvimos a la carga. Esta vez el objetivo era ascender a los restos del castillo templario que está colgado sobre unos peñascos. Desde la plaza lo veíamos como algo inalcanzable. Poco a poco, comenzamos a subir callejeando hasta llegar a la iglesia de San Miguel, también de estilo gótico, donde nos refrescamos en la oportuna fuente, mientras los abuelos nos observaban socarrones a la sombra de los árboles.

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El camino subía trazando lazadas. Pasamos junto a una bandera de Aragón que cada año instala una asociación cultural de Castellote.

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Y entramos en el castillo. Bueno, en sus ruinas. Restauradas, eso sí. Es un castillo que fue bombardeado y después demolido por las tropas liberales durante la Primera Guerra Carlista.

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La vista era espectacular. Se veían las montañas del Alto Maestrazgo, ya lindando con la Comunidad Valenciana, orladas de aerogeneradores; las excavaciones abandonadas a cielo abierto de lignito y las canteras de arcilla aún en explotación; la presa del embalse de Santolea. Y, sobre todo, el valle del Guadalope, poco antes de abrirse hacia Alcañiz.

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Tras bajar dedicamos a recorrer el caso antiguo de Castellote. Es también un Conjunto Histórico, como Molinos, tanto por sus monumentos (ayuntamiento, lonja y fuente gótica, palacios, ermita, etc.) como por sus casas populares, la mayoría cerradas por la despoblación.

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Terminamos disfrutando de un merecido refresco y de varias partidas de futbolín y volvimos a Calamocha agotados tras esta jornada tan intensa.