Pilar Lainez Sebastián y Verónica Sancho Villanueva
Los alumnos de 2º de la ESO del I.E.S. Valle del Jiloca de Calamocha, el pasado día 10 de noviembre, realizamos una excursión al castillo de Loarre y posteriormente a la ciudad de Huesca.
Comenzamos el viaje a las 8,30 de la mañana, y nos dirigimos a tierras oscenses. A medida que avanzábamos vimos, como el sol, con el que amanecimos en Calamocha, se convertía en una espesa niebla, que hizo desvanecerse esa bonita mañana. Después de unas dos horas y cuarto de viaje, llegamos al castillo de Loarre. Según ascendíamos hacia el castillo, dejamos la niebla abajo y volvimos a disfrutar de un bonito día soleado. Además, almorzando, pudimos disfrutar de unas vistas espectaculares con el castillo al fondo y la niebla bajo nuestros pies.
Comenzamos la visita en el centro de recepción de visitantes. Nos proyectaron un cortometraje sobre la bonita historia del castillo. A su término, una guía llamada María, nos enseño con más detalle las curiosidades del mismo. Se trata de unos de los castillos románicos mejor conservados de Europa. Pudimos ver, desde la bella escalera por la que ascendimos, hasta la torre del homenaje con unas vistas espectaculares, pasando por su preciosa iglesia románica y el patio de armas.
Después de terminar la visita nos dirigimos hacia Huesca, donde al llegar, nuestros profesores acompañantes, Fernando García y Tomás Saura, nos dejaron una hora para comer y para que pudiéramos dar un paseo por el centro de la ciudad. Posteriormente, comenzamos una visita con una guía llamada Josefina. Nos explicó la historia del monasterio de San Pedro el Viejo, donde pudimos ver su iglesia y su claustro románico, conservados estupendamente. En sus capiteles pudimos observar escenas de la vida de Jesús. Junto al claustro, se encuentran, además ,las tumbas de algunos reyes de Aragón: Alfonso I el Batallador y Ramiro II el Monje.
Acudimos, después, al ayuntamiento de la ciudad, donde nos explicaron quién fue el rey Ramiro II el Monje. Nos enseñaron el cuadro en el que estaba representada la leyenda de la campana de Huesca, relacionada con dicho rey. Luego fuimos al lugar, donde, según la tradición, ocurrieron los hechos.
La catedral no pudimos visitarla por dentro, y nos tuvimos que conformar con una breve explicación desde el exterior junto a su puerta gótica.
Para finalizar el día, los profesores nos dejaron media hora más para merendar y descansar.
Cogimos el autobús de vuelta a Calamocha y a eso de las nueve y media de la noche estábamos ya en casa, después de un ajetreado pero maravilloso día.