María García Cutando. 1º Bto. de Ciencias y Tecnología.
El pasado martes 18 de octubre, los alumnos de 1º y 2º de Bachillerato del IES “Valle del Jiloca” de Calamocha, acompañados por los integrantes de los departamentos didácticos de Educación Física y Filosofía, fuimos de ruta senderista al Moncayo, monte de unos 2314 metros de altitud situado entre las provincias de Zaragoza y Soria.
Salimos de Calamocha a las 7:30H desde la estación de autobuses. El viaje hasta el parking al pie de la montaña duró un poco más de 2 horas. Mientras nos íbamos acercando, el paisaje era asombroso, había gran cantidad de árboles coloridos.
En cuanto dejamos el autobús, nuestros tres profesores acompañantes nos aconsejaron dejar la ropa de abrigo en el autobús ya que hacía un día bastante bueno para andar además de que así nos ahorraríamos peso. Nos explicaron también, el funcionamiento de una aplicación que permite localizarnos en cualquier lugar en caso de emergencia. Por suerte todo salió como se esperaba y no hubo que utilizarla. Antes de emprender nuestro objetivo, subir el Moncayo, tomamos algún que otro fruto seco y chocolate para coger energía.
Primero fuimos por la carretera hasta encontrar una senda con multitud de gruesas raíces en el suelo. A continuación, seguimos todo recto, en ese momento la vegetación había cambiado a montones de hojas marrones del otoño y al verde de los musgos. Al principio se nos hizo el camino duro ya que no solemos hacer estos retos a diario, pero en cuanto cogimos el ritmo comenzamos a ganar altura enseguida. Descansamos un par de veces antes de llegar a un cruce de caminos. Al cabo de un rato encontramos un camino que nos permitía seguir ascendiendo. Era más duro que antes, pero pudimos con él.
Poco después llegamos a un sitio amplio donde almorzamos durante media hora. Ese lugar hacía de frontera entre la comunidad de Castilla y León y Aragón. Tras esta parada continuamos por un pedregal. Sólo había unos pocos arbustos hasta llegar a una zona con árboles altos y sin apenas ramas. Paramos por el cansancio acumulado a reponer fuerzas. Fue entonces cuando nuestros profesores se dieron cuenta de que nos disponíamos de tiempo suficiente para alcanzar la cima y tuvimos que descender.
La bajada fue mucho más rápida, en unos 30 minutos ya habíamos descendido lo que nos había costado subir casi dos horas. Cogimos fuerzas y seguimos por una pista forestal que conducía hasta el santurario de la Virgen del Moncayo. Era un camino más suave y se nos hizo más ameno. Hicimos unas paradas para reagrupar el grupo, observar las excelentes vistas y hacernos algunas fotos. Se respiraba paz y tranquilidad e impresionaba ver tan pequeñas las localidades alrededor de la montaña.
En cuanto llegamos al santuario comimos. Empezó a hacer un poco de frío, pero tardamos poco en reunirnos para coger una senda que conducía al parking. Disfrutamos de lo que nos quedaba de viaje y cuando todos llegaron, cogimos nuestra ropa de recambio, nos vestimos y subimos al autobús rumbo a Calamocha. Aunque el regreso estaba programado para las 18:30H, llegamos a las 20:00H.
Al día siguiente, en la clase de filosofía leímos con nuestro profesor un artículo que habla acerca de los beneficios para la salud derivados de la práctica del senderismo: ayuda a despejar la mente, favorece la concentración y la memoria, aumenta la creatividad, en definitiva te carga las pilas y te hace sentir mejor física y psicológicamente porque el contacto con la naturaleza es fuente de salud.
En resumen, pasamos un día fantástico al aire libre rodeados de nuestros compañeros de clase y, a pesar de no lograr nuestro propósito de llegar a la cima, valió la pena esta experiencia. Estamos orgullosos de los 20 km caminados con 1000 metros de desnivel, y de haber podido pasar un día tan divertido en la naturaleza. Estamos agradecidos de haber participado en esta excursión y con ilusión de poder realizar de nuevo esta actividad algún día y, esta vez sí, hacer cima.