CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA, GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ


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      CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA, de GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ

“Hasta entonces no había temor alguno por el estado del cuerpo. La cara había quedado intacta, con la misma expresión que tenía cuando cantaba, y Cristo Bedoya le había vuelto a colocar las vísceras en su lugar y lo había fajado con una banda de lienzo. Sin embargo, en la tarde empezaron a manar de las heridas unas aguas color de almíbar que atrajeron a las moscas, y una mancha morada le apareció en el bozo y se extendió muy despacio como la sombra de una nube en el agua hasta la raíz del cabello. La cara que siempre fue indulgente adquirió una expresión de enemigo, y su madre se la cubrió con un pañuelo.”


      

 

CYRANO DE BERGERAC,de EDMON ROSTAND


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CYRANO DE BERGERAC,de EDMOND ROSTAND

 (Es este momento una racha de aire hace caer algunas hojas.)
Cyrano.- !Las hojas!
Roxana.- (Levantando a cabeza y mirando hacia los árboles del fondo.) !Qué hermoso su matiz amarillento! !Miradlas!… !Cómo caen!…
Cyrano.- !Qué bien caen! Presienten que a morir van entre el cielo, y a la tierra al saltar desde la rama, con ser breve el tristísimo trayecto, quieren que su descenso o su caída tenga la gracia angelical de un vuelo.
Roxana.- ¿Eres melancólico?
Cyrano.- No…
Roxana.- Pues entonces dejemos a las hojas y algo nuevo contadme. ¿Mi gaceta?…
Cyrano.- Ahí va.
Roxana.- Explicaos. 

EL PRINCIPITO, de A. DE SAINT-EXUPERY


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EL PRINCIPITO,de A. de SAINT-EXUPERY

” Miré pues, la aparición con los ojos absortos por el asombro.No olvidéis que me encontraba a mil millas de toda región habitada. Además el hombrecito no me parecía ni extraviado, ni muerto de fatiga, ni muerto de hambre, ni muerto de sed, ni muerto de miedo. No tenía en absoluto la apriencia de un niño perdido en medio del desierto, a mil millas de toda región habitada…”

COMO AGUA PARA CHOCOLATE, de LAURA ESQUIVEL


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COMO AGUA PARA CHOCOLATE,de LAURA ESQUIVEL

” Mi abuela tenía una teoría muy interesante, decía que si bien todos nacemos con una caja de cerillas en nuestro interior, no las podemos encender solos, necesitamos oxígeno y la ayuda de una vela. Sólo que en este caso el oxígeno tiene que provenir, por ejemplo, del aliento de la persona amada; la vela puede ser cualquier tipo de alimento, música, caricia, palabra o sonido que haga disparar el detonador y así encender una de las cerillas. Por un momento, nos sentiremos deslumbrados por una intensa emoción. “

EL GUARDIÁN ENTRE EL CENTENO,de J.D. SALINGER


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EL GUARDIÁN ENTRE EL CENTENO, de J.D.SALINGER

“¿Sabes lo que me gustaría ser? ¿Sabes lo que me gustaría ser de verdad si pudiera elegir? (…) Muchas veces me imagino que hay un montón de niños jugando en un campo de centeno. Miles de niños. Y están solos, quiero decir que no hay nadie mayor vigilándolos. Sólo yo. Estoy al borde de un precipicio y mi trabajo consiste en evitar que los niños caigan a él. En cuanto empiezan a correr sin mirar adónde van, yo salgo de donde esté y los cojo. Eso es lo que me gustaría hacer todo el tiempo. Vigilarlos. Yo sería el guardián entre el centeno. Te parecerá una tontería pero es lo único que de verdad me gustaría hacer. Sé que es una locura”.