LA SONRISA ETRUSCA,de J.LUIS SAMPEDRO ” Pero casi siempre el viejo va pendiente del niño. Todo en él le asombra:los ojitos tranquilos o ávidos, el manoteo incansable, la suavidad de lapiel, los repentinos chillidos. Más prodigioso aún en esta tarde, su primera salida después de la enfermedad. ¡Qué pesadilla, lo que ellos llamaron catarro!Porque para el viejo fue una señora pulmonía, aunque el doctor ni se enterase….” |