LA LLAMADA DE LO SALVAJE,de JACK LONDON “Una vez en el suelo, a Morganson se le quitó el miedo. Se imaginó que lo encontraban muerto en la nieve y estuvo un rato llorando, compadeciéndose de sí mismo. Pero no tenía miedo. Ya no se sentía con fuerza para luchar. Cuando intento abrir los ojos se dio cuenta de que las lágrimas se le habían helado y le resulto imposible hacerlo. No se molestó en quitarse el hielo. Que más daba. No se había imaginado que la muerte fuera tan sencilla. ” |