Frankenstein, de Mary Shelley


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FRANKENSTEIN, de MARY SHELLY

“Una desapacible noche de noviembre contemplé es final de mis esfuerzos. Con una ansiedad rayana en la agonía, coloqué a mi alrededor los instrumentos que me iban a permitir infundir un hálito de vida a la cosa inerte que yacía a mis pies. Era ya la una de la madrugada; la lluvia golpeaba las ventanas sombríamente, y la vela casi se había consumido, cuando, a la mortecina luz de la llama, vi cómo la criatura abría sus ojos amarillentos y apagados. Respiró profundamente y un movimiento compulsivo sacudió su cuerpo.”

Flores en el ático


floresenelatico.jpg FLORES EN EL ÁTICO, de V.C. ANDREWS

Fahrenheit 451, de Ray Bradbury


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FAHRENHEIT 451, de RAY BRADBURY

“Con su casco simbólico en que aparecía grabado el número 451 bien plantado sobre su impasible cabeza y sus ojos convertidos en una llama anaranjada ante el pensamiento de lo que iba a ocurrir, encendío el deflagrador y la casa quedó rodeada por un fuego devoraor que inflamó el cielo del atardecer con colores rojos, amarillos y negros.”

El maestro de esgrima, de Arturo Pérez Revete


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EL MAESTRO DE ESGRIMA, de ARTURO PÉREZ REVERTE

“No le cabía la menor duda de que aquel hombre era un canalla; pero lo había visto llegar ante la puerta de Lhardy en una impecable berlina tirada por dos sobrbias yeguas inglesas, y los dedos finos y cuidados que retiraban la vitola del habano lucían un valioso solitaio montado en oro.  Todo eso, más su elegante desenvoltura y los precisos antecedentes que había ordenado reunir sobre él, lo situaban automáticamente en la categoría de canallas distinguidos.”

Entrevista con el vampiro, de Anne Rice


entrevistaconel.jpg ENTREVISTA CON EL VAMPIRO, de ANNE RICE