Observando la división celular gracias a la cebolla

Alumnos de Biología - 2º BTO A


La semana pasada los alumnos de 2º Bto de Biología realizamos una práctica para observar la división celular en las raíces de una cebolla, utilizando tanto conocimientos de Química como de Biología.

Para ello colocamos una cebolla en un vaso de agua de manera que las raíces estuvieran en contacto con el agua y crecieran. Tras 10 días más o menos las raíces ya habían crecido lo suficiente como para realizar la práctica.

Por otro lado preparamos las disoluciones de orceína A y B necesarias para la tinción del material genético de las células y para reblandecer las paredes celulares y así facilitar la técnica del squash (técnica que consiste en chafar con el dedo pulgar la muestra para separar las células al máximo y obtener una mejor visión al microscopio). Al mismo tiempo que aplicamos los conocimientos teóricos aprendidos en las clases de Química, nos dimos cuenta de las precauciones que hay que tomar cuando se trabaja con productos químicos: ¡el ácido acético glacial puro desprende un olor muy penetrante!, así que mejor no poner la nariz muy encima del frasco.

Una vez que hemos obtenido las raíces y la orceína podíamos empezar la práctica en sí.

En primer lugar elegimos las raíces más jóvenes, porque suponíamos que en ellas se estaba produciendo un mayor número de divisiones mitóticas, cortamos 3 milímetros de seis de ellas y las pusimos en un vidrio de reloj con suficiente orceína A.

En segundo lugar, con las pinzas de madera y un mechero bunsen calentamos la muestra. En este paso es imprescindible que la muestra se caliente lo justo para que se reblandezcan las paredes sin llegar a quemarse, ya que si no la observación sería defectuosa.

A continuación, tomamos las muestras con una pinzas de metal y cada una la colocamos en un portaobjetos; le añadimos dos gotas de orceína B, lo cubrimos con el cubreobjetos y realizamos la técnica del squash.

Y llegó el momento de…¡OBSERVAR!

Los resultados fueron fantásticos a diferencia de otros años, ya que nunca se habían visto tan claras las fases de la mitosis. Una de las hipótesis que barajamos sobre lo que pasaba los años anteriores es el estado de la orceína, aunque para esto habría que realizar más observaciones para llegar a una conclusión más certera.

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