EL SEÑOR DE LAS MOSCAS, de WILLIAM GOLDING


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EL SEÑOR DE LAS MOSCAS,de WILLIAM GOLDING

“Dentro de aquel círculo, de manera invisible pero con firme fuerza, regía el tabú de su antigua existencia. Alrededor del niño en cuclillas aleteaba la protección de los padres y el colegio, de la policía y la ley. El brazo de Roger estaba condicionado por una civilización que no sabía nada de él y estaba en ruinas…”

EL VIEJO Y EL MAR, de ERNEST HEMINGWAY


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EL VIEJO Y EL MAR,  de ERNEST HEMINGWAY

Era un viejo que pescaba solo en un bote en el Gulf Stream y hacía ochenta y cuatro días que no cogía un pez. En los primeros cuarenta días había tenido consigo a un muchacho.Pero después de cuarenta días sin haber pescado los padres  del muchahco le habían dicho que el viejo estaba definitiva y rematadamente salado, lo cual era la peor forma de la mala suerte, y por orden de sus padres el muchacho había salido en otro bote que cogió tres buenos peces la primera semana…” 

UN SACO DE CANICAS, de JOSEPH JOFFO


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UN SACO DE CANICAS,de JOSEPH JOFFO

“La canica gira entre mis dedos en el fondo del bolsillo. Es mi preferida, nunca me separo de ella. Y lo bueno es que es la más fea de todas, no se parece en nada a las de ágata, o a las grandes canicas metálicas que suelo mirar en el escaparate de la tienda del tío Rubén, en la esquina de la calle Ramey; es una canica de barro, con el barniz medio saltado. Por eso tiene asperezas en la superficie, y dibujos, parece el planisferio de la clase en pequeño.
Me gusta mucho, es bonito tener la Tierra en el bolsillo, las montañas, los mares, todo bien guardado.”

EL ALQUIMISTA IMPACIENTE, de LORENZO SILVA


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EL ALQUIMISTA IMPACIENTE, de LORENZO SILVA

“La postura era cualquier cosa menos confortable. El cuerpo estaba boca abajo, con los brazos extendidos en toda su longitud y las muñecas amarradas a las patas de la cama. Tenía la cara vuelta hacia la izquierda y las piernas dobladas bajo el vientre. Las nalgas se sostenían un poco en alto sobre los talones y entre ellas se alzaba, merced a su impotente curvatura, un aparatoso mástil de caucho rojo rematado por un pompón rosa.”

EL NIÑO CON EL PIJAMA DE RAYAS, de JOHN BOYNE


 

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EL NIÑO CON EL PIJAMA DE RAYAS, de JOHN BOYNE

“Bruno frunció el entrecejo. Pensó en la gente del pijama de rayas y se preguntó qué estaba pasando en Auchviz. A lo mejor algo no funcionaba bien, porque la gente tenía un aspecto muy poco saludable. No entendía nada, pero tampoco quería seguir mirando la mano de Shmuel. Se dio la vuelta,abrió la nevera y empezó a revolver buscando algo de comida…”